11 de julio de 2024

Análisis

Interdependencia estratégica

Las cadenas de suministro y la rivalidad entre Estados Unidos y China

El 7 de octubre de 2022, la Oficina de Industria y Seguridad del Departamento de Comercio de Estados Unidos publicó las normas para respaldar la política de control de exportaciones contra China de Joe Biden. En continuidad con la estrategia “América Primero” de Donald Trump, Biden impuso restricciones a la compra, la adquisición de licencias y las exportaciones a China de chips informáticos avanzados, supercomputadoras y semiconductores de alta potencia, todo en nombre de la seguridad nacional1. Un año después, la Oficina de Industria y Seguridad endureció aún más las restricciones para garantizar que ningún equipo de fabricación avanzada acabara en instalaciones chinas. El impacto se agravó a través de socios internacionales como Japón y los Países Bajos, a los que se les prohibió vender equipos de fabricación de semiconductores, como máquinas litográficas. 

La política estadounidense de control de exportaciones forma parte de una estrategia más amplia para recuperar el control sobre la industria mundial de semiconductores. Con la Ley CHIPS de 2022, Biden aprobó la asignación de 39.000 millones de dólares en subvenciones y préstamos para la fabricación de semiconductores. Se ha hecho énfasis en el desarrollo del liderazgo estadounidense en I+D de semiconductores, incluyendo un aumento previsto del 203 por ciento en la capacidad de fabricación de obleas para 2032 y una mejora significativa en fronteras tecnológicas cruciales como la fabricación de vanguardia, la memoria DRAM, los chips analógicos y el empaquetado avanzado. 

Esto revierte la tendencia desde hace décadas de globalizar la fabricación de chips, donde el diseño y la fabricación se separan en un esfuerzo por promover la eficiencia, reducir los costos de fabricación y buscar más ganancias en un sector de baja rentabilidad y alto riesgo2.

China respondió en 2022 con 1.700 millones de dólares en subsidios a empresas nacionales de chips para lograr la autosuficiencia. También ha realizado inversiones masivas dirigidas por el Estado a través del Fondo Nacional de Inversión en la Industria de Circuitos Integrados y ha anunciado un plan para construir infraestructura tecnológica que permita afrontar cuellos de botella cruciales como la fabricación de obleas y máquinas litográficas. China también impuso medidas comerciales de represalia en 2023, como un sistema de licencias para materias primas fundamentales como el galio y el germanio, los cuales son necesarios para la fabricación de chips.

La cantidad de restricciones a la exportación entre Estados Unidos y China nos alerta sobre la intensa guerra de tecnología avanzada que subyace en la nueva lógica de la política industrial en el orden mundial posneoliberal. La estrategia industrial se ha implementado en nombre de una guerra económica en la que solo unos pocos países pueden competir. 

Pero incluso ante estas tensiones crecientes, nuestra economía mundial sigue siendo el escenario de una interdependencia abrumadora. Un breve vistazo a las cadenas de suministro dentro de la industria de los semiconductores demuestra que el desacoplamiento puede no ser tan sencillo como los políticos lo hacen parecer.  

Figura 1: Principales iniciativas de política industrial para la industria de semiconductores, 2020-presente

Fuente: Traducción con base en Semiconductor Industry Association, Emerging Resilience in Semiconductor Supply Chain, mayo de 2024, p. 9.

China en la guerra de los chips

El libro de Chris Miller, La guerra de los chips (Chips War en inglés), demuestra que la victoria hegemónica de Estados Unidos en la Guerra Fría dependió de su destreza tecnológica en la industria de los semiconductores. Los semiconductores—chips tan diminutos que pueden medir menos de diez nanómetros—son insumos omnipresentes a lo largo de nuestra cadena de suministro, abarcando desde lavadoras y computadoras hasta tecnologías de nuevas energías limpias y sistemas de misiles y defensa. El objetivo de producir chips más pequeños con la máxima eficiencia generó una cadena de suministro altamente descentralizada, en la que empresas estadounidenses buscaron reducir costos separando el diseño de chips de la fabricación de obleas y, posteriormente, diferenciando el ensamblaje y el empaquetado3 Este proceso de descentralización le permitió a Estados Unidos superar a la antigua Unión Soviética en la carrera armamentística y superar el desafío de Japón a la hegemonía económica estadounidense.  

La reducción de costos en la fabricación de chips coincidió con el aumento de costos en el diseño, lo que obligó a las empresas a especializarse en tareas muy específicas, algunas de las cuales se han vuelto indispensables4. Por ejemplo, la compañía taiwanesa TSMC construyó su ventaja competitiva en la fundición pura, lo que significó que el diseño de chips se separó por completo de la fabricación. Por el contrario, la surcoreana Samsung se especializó en chips de memoria, mientras que el diseño de chips siguió en manos de empresas estadounidenses gracias al desarrollo de herramientas de automatización del diseño electrónico (EDA o electronic design automation).

El control de Estados Unidos sobre la producción global de chips representa un obstáculo importante para el desarrollo chino. China ingresó a las cadenas de suministro de semiconductores en medio de una fuerte competencia, con las economías de Asia Oriental ya muy por delante en la capacidad de fabricación de obleas, y con la Unión Europea y Japón en una carrera por recuperar su ventaja competitiva en el diseño de chips y la fabricación de equipos. Antes de la competencia entre Estados Unidos y China, las empresas chinas aprovecharon las ventajas que se presentaban en el ensamblaje y el empaquetado, y luego pasaron gradualmente hacia los segmentos iniciales (véase la Figura 1). Entre 1978 y 1999, China centró su política industrial en el aprovechamiento del gran mercado interno para fomentar inversiones privadas en la fabricación de chips, promoviendo empresas conjuntas y adquiriendo activos para cerrar la brecha tecnológica entre China y Estados Unidos, Europa y Japón. Por eso, desde hace mucho tiempo China ha considerado que la cadena de suministro de semiconductores es fundamental para su desarrollo industrial. 

Figura 2: Empresas líderes en los segmentos de diseño y fabricación de chips semiconductores de la cadena de suministro

Fuente: Traducción con base en Malkin y He, 2024, p. 683. 
Nota: Huawei fue uno de los principales fabricantes de chips durante tres años, hasta que la Oficina de Industria y Seguridad la incluyó en la Lista de Entidades. Las empresas taiwanesas TSMC y UMC cotizan en el NASDAQ y tienen importantes accionistas estadounidenses.

La actual estrategia de contención de Estados Unidos contra China ha tenido éxito precisamente debido al gran poder estructural de las empresas estadounidenses en los lucrativos segmentos iniciales de la cadena de suministro. Mientras China dependa de las compañías estadounidenses para las herramientas de EDA y el diseño de propiedad intelectual (IP o Intelectual Property), cualquier cambio en la política del gobierno estadounidense encaminado a restringir el acceso de China a las herramientas avanzadas de fabricación de chips probablemente ralentice el ascenso de China en la escalera de la tecnología de punta. 

Desde 2018, China ha procurado contrarrestar este poder expandiendo sus propias capacidades de fabricación. Ajustándose a su principio de autosuficiencia, a principios de 2023, el gobierno designó a cinco empresas clave —Huawei, SMIC, YTMC y los fabricantes de herramientas Naura y AMEC— para que tuvieran acceso privilegiado a la I+D gubernamental. Como resultado, Huawei logró avances significativos en I+D en segmentos fundamentales, como los sistemas de litografía ultravioleta profunda y ultravioleta extrema. Este equipo de fabricación es vital para las empresas litográficas chinas, dado su retraso tecnológico en comparación con los líderes de la industria: la empresa holandesa ASML y las japonesas Nikon y Canon.

La realidad de la codependencia

A pesar de las crecientes tensiones entre las grandes potencias, la co-dependencia sigue siendo una realidad significativa. De acuerdo con la opinión de la Comisión para la Revisión de la Economía y la Seguridad entre Estados Unidos y China de 2023, Estados Unidos depende en gran medida de la producción china de minerales clave, tanto por el abastecimiento directo desde China como por el indirecto a través del predominio del galio (53 por ciento) y del germanio (54 por ciento) chinos en las cadenas de suministro globales (véase la Tabla 1). A su vez, esto hace que la política de control de exportaciones de China impuesta a los minerales críticos sea eficaz para asegurar la resiliencia de las cadenas de suministro para la fabricación avanzada. Sin una cadena de suministro diversificada, es probable que continúen las negociaciones quid pro quo entre Estados Unidos y China y se mantengan restricciones más mesuradas para garantizar que las cadenas de suministro globales no se interrumpan por completo. 

Tabla 1: Minerales críticos que Estados Unidos obtuvo de China, 2022

Mineral crítico
Cuota de China en las importaciones de Estados UnidosPrincipales usos
Antimonio63%Retardante de llama; plomo antimonial y municiones 
Arsénico57%Herbicida e insecticida; tratamiento a presión de la madera; semiconductores para pilas solares; investigación espacial y telecomunicaciones
Baritina38%Perforaciones petrolíferas y de gas natural; escudos contra la radiación en centrales nucleares y para rayos X
Bismuto65%Aditivo metálico para moldes de hierro y accesorios de tubería; productos farmacéuticos; fabricación de semiconductores
Galio53%Fabricación de obleas semiconductoras
Germanio54%Fabricación de semiconductores; pilas solares; fibra óptica; LED
Grafito33%Baterías; pastillas de frenos; lubricantes; siderurgia
Elementos de tierras raras (compuestos y metales)74%Imanes; catalizadores; metalurgia; aleaciones de baterías
Tantalio24%Aleaciones para turbinas de gas usadas en las industrias aeroespacial, petrolera y gasífera; automoción y electrónica de consumo 
Tungsteno29%Aplicaciones de corte y resistencia al desgaste en construcción, metalurgia, minería y perforación de petróleo y gas; aleaciones especiales de acero; componentes eléctricos
Itrio94%Catalizadores, electrónica, láseres, metalurgia; revestimientos de motores de reacción, sensores, cojinetes y juntas
Fuente: Traducción con base en el Informe al Congreso de la Comisión para la Revisión de la Economía y la Seguridad entre Estados Unidos y China, noviembre de 2023, pp. 45-46.

Además China sigue siendo un mercado enorme para los productos intermedios y finales. El poder de consumo chino continúa siendo un aspecto importante para cualquier estrategia comercial a largo plazo de las empresas occidentales. La resistencia de las empresas holandesas y japonesas a las respectivas políticas de control de exportaciones de sus gobiernos demuestra el poder del mercado chino. El acceso a esta base de consumidores es tan importante para las empresas como los objetivos geopolíticos lo son para sus gobiernos nacionales.  

China ha asegurado su posición como uno de los principales productores en la lucrativa cadena de suministro de baterías (véase la Figura 3), que vincula el sector de los minerales críticos con los vehículos eléctricos (EV o electric vehicle). La política industrial china creó vínculos económicos entre la minería y la economía productiva, lo que refleja la destreza manufacturera de China y el probable futuro de la competencia industrial entre China y Occidente.

Figura 3: China y la cadena de suministro global que vincula las materias primas fundamentales y los EV

Fuente: Traducción con base en Global Supply Chains of EV Cars, Agencia Internacional de Energía, 2022, p. 5.

Es poco probable que volvamos a la economía anterior al COVID, en la cual el capital estadounidense moldeaba por sí solo el destino del crecimiento económico y la prosperidad global. Independientemente de quién gane las elecciones presidenciales estadounidenses en noviembre, el consenso entre partidos demuestra fuertes preferencias hacia la contención de las ambiciones económicas de China y, con ello, de su expansión militar. Sin embargo, a pesar de las relaciones turbulentas entre Estados Unidos y China, es poco probable que la meta del desacoplamiento se alcance pronto; en cambio, lograr la resiliencia de la cadena de suministro requiere buscar nuevas formas de cooperación frente a la proliferación de restricciones.

Este ensayo fue traducido del inglés al español por Natalia Silva.

  1. En general, cuando se añade un grupo a la Lista de Entidades, cualquiera que desee exportar, reexportar o transferir artículos bajo la jurisdicción del Departamento de Comercio a un grupo incluido en esta lista, primero debe solicitar una licencia para hacerlo a dicho Departamento. Al igual que ocurre con otras solicitudes de licencia, estas son revisadas por los departamentos de Comercio, Estado, Defensa y Energía. Para la mayoría de las entidades listadas, las solicitudes de licencia están sujetas a una presunción de denegación, independientemente de la sensibilidad del artículo que se desee exportar.

  2. Clair Brown y Greg Linden, Chips and Change: How Crisis Reshapes the Semiconductor Industry (Cambridge, Mass.: MIT Press, 2011).

  3. La manufacturación de semiconductores se llama “fabricación” y se realiza en instalaciones llamadas “fabs”, las cuales requieren equipos altamente especializados y muy costosos.

  4. Brown y Linden.

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