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El 10 de diciembre Javier Milei fue jurado como presidente de Argentina, fecha que también marca el 40 aniversario de la redemocratización del país. Milei—economista de extrema derecha que se autodenomina “anarcocapitalista,” negacionista de la dictadura militar y fan declarado de Trump y Bolsonaro—ganó las elecciones argentinas en la segunda vuelta con casi el 56 por ciento de los votos, después de una campaña marcada por la promesa de dolarizar la economía y recortar el gasto público. El perdedor fue Sergio Massa, actual Ministro de Economía y representante del bloque peronista.
Tres coaliciones políticas se encontraban al centro del proceso electoral de este año: La Libertad Avanza, bloque de extrema derecha cuyo único candidato fue Javier Milei; Juntos por El Cambio, coalición de la derecha liberal encabezada por el expresidente Mauricio Macri, en donde se postularon durante las primarias Horacio Rodríguez Larreta, actual intendente de Buenos Aires, y Patricia Bullrich, diputada y exministra de Macri; y Unión por La Patria, en la que Sergio Massa, actual ministro de Economía, compitió en las primarias contra Juan Grabois, militante y líder político que representaba un ala más de izquierda dentro del bloque, integrado también por el actual presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner.
En la primera vuelta compitieron Javier Milei, Sergio Massa y Patricia Bullrich.1 Milei y Massa pasaron a la segunda ronda. Bullrich y el expresidente Macri declararon su apoyo a Milei. Massa se concentró en asegurar el apoyo de la izquierda en un sentido amplio y, en particular, de las fuerzas que integraban su bloque político, especialmente el peronismo y el kirchnerismo.2
Con la victoria de Milei y la consecuente derrota de la coalición peronista-kirchnerista, los apoyos políticos comenzaron a ser reclamados. La dolarización, principal propuesta de Milei durante la campaña, ya se volvió improbable debido al nombramiento de Luis Caputo, nombre vinculado a Macri, como Ministro de Economía—cargo que también ocupó durante la gestión del expresidente. No obstante, el futuro económico y político se caracteriza por la incertidumbre.
Mercedes D’Alessandro es Doctora en Economía por la Universidad de Buenos Aires y referente de la economía feminista en América Latina. Fue la primera Directora Nacional de Economía, Igualdad y Género en el Ministerio de Economía de Argentina (2020-2022), y la responsable de la implementación del primer Presupuesto Nacional con Enfoque de Género del país, una herramienta de innovación pública.3 Contribuyó a la puesta en marcha de políticas económicas sin precedentes en Argentina para reducir los efectos negativos de la pandemia en las clases trabajadoras de bajos ingresos.4
En la siguiente entrevista, D’Alessandro discute la crisis económica y política, las posibilidades para el gobierno de Milei, y el futuro del peronismo.
Entrevista con Mercedes D’Alessandro
maria fernanda sikorski: Javier Milei ganó la segunda vuelta de las elecciones argentinas con más de once puntos de diferencia en relación a Sergio Massa y la participación de los votantes fue la segunda más baja en las últimas cuatro décadas: sólo 76 por ciento. El candidato peronista ganó sólo en tres provincias de las veinticuatro jurisdicciones del país e incluso en la provincia de Buenos Aires, el bastión del peronismo, Massa ganó por una diferencia muy estrecha: 50.73 por ciento de los votos contra 49.26 por ciento de Milei. Los resultados, pero también la ausencia de gran parte del electorado revelan cuán profundamente insatisfechos están los argentinos con el gobierno actual, especialmente en lo que tiene que ver con la economía.
¿Cuál es su análisis de la situación que llevó a este nivel de insatisfacción y de la conducción de la política económica por parte del gobierno de Alberto Fernández hasta ahora?
Mercedes D’Alessandro: Quedó en evidencia que no tuvo los resultados esperados. Hubo una serie de shocks externos que sucedieron durante la gestión, como la pandemia, la guerra entre Ucrania y Rusia (y su impacto sobre los precios internacionales) y, en Argentina, una sequía histórica que contrajo el saldo exportador y el PIB en niveles inéditos. Lo cierto es que no se puede pensar la economía sin esta secuencia, pero tampoco sirve justificarse: no se tomaron las medidas necesarias para contener los efectos de esta situación. Cuando hay crisis y no hay contención, no hay una mirada del Estado en términos redistributivos, se tiende a amplificar la desigualdad, ampliar el descontento social. Creo que es evidente que el equipo económico no estuvo a la altura de las necesidades de Argentina, y tampoco la conducción política, que son dos cosas muy pegadas. Hubo muchas diferencias en el gobierno. Hay al menos tres grupos que conforman el Frente de Todos (Unión por la Patria) que son el Kirchnerismo y La Cámpora, por un lado; Massa con el Frente Renovador y los apoyos que logró condensar en el último tiempo; y el Presidente y sus apoyos. No hubo acuerdo entre estos grupos durante gran parte del período de gobierno, hubo muchas idas y vueltas o acciones que no se llevaron adelante, y eso también fue parte del descontento social.
MFS: ¿Cómo calificaría esta crisis política interna en la coalición entre Fernández, Cristina y Massa?
MDA: Es una crisis de liderazgo político. En los últimos meses, parecía que Massa era quien lideraba el proceso. Pero esto sucedió más tarde, cuando se convierte en candidato y empieza a tener un rol más protagónico. En el período anterior hay una crisis interna (y abierta) dentro del Frente. Desde las elecciones de medio término de hace 2 años hasta ahora se expresaron desacuerdos gigantescos, donde el Presidente y la Vicepresidenta no se hablaron durante mucho tiempo y donde se pedían renuncias de ministros, se iba uno y venía otro, no se sabía bien cuál era el horizonte.
Mientras tanto, la nación viene saliendo de cuatro años del Macrismo que fueron malos en términos económicos y terminaron con el endeudamiento récord de Argentina con el FMI.Hace mucho tiempo que el pueblo argentino tiene dificultad para llegar a fin de mes, para planificar su vida, y se perdió la posibilidad de soñar con un ascenso social, una mejor calidad de vida. Los jóvenes tienen muchas ilusiones ya frustradas, entonces creo que son problemas económicos, políticos y también la falta de un horizonte.
MFS: ¿Y cómo respondió la candidatura de Milei a esto?
MDA: Creo que Milei pudo construir un horizonte y proponer algo, aunque ese horizonte no sea el ideal desde nuestra perspectiva. Por ejemplo, la promesa de la dolarización de la economía apela a una fantasía de que se pueden resolver los problemas que afectan nuestro día a día: no tenemos plata, no llegamos al fin de mes y la inflación es muy alta—este año de más de 140 por ciento. Creo también que el rechazo a la casta, entendida como los políticos enriquecidos y alejados del mundo que mientras vos estás cerrado en tu casa sufriendo durante la pandemia ellos hacen una fiesta. Como la mujer del Presidente, que mientras se moría tu abuelita, ellos tenían vacunatorio VIP para sus amigos; mientras viajas en un tren apretado a las 6 de la mañana, ellos usan helicópteros y tienen choferes.
Yo mismo he dicho en entrevistas, a mí también me molestan estas élites con este tal comportamiento pero no por una cuestión moral solamente, sino porque creo que se separan mucho de lo que pasa en la vida cotidiana de las personas, no muestran empatía con sus problemas. Entonces se pierden en peleas palaciegas y políticas desacertadas. Entonces Milei tiene dos cosas con las que logró empatizar, la fantasía de una economía que funcione y el resentimiento hacia los políticos, la casta.
MFS: Bueno, ahora le toca gobernar. Ya en la semana posterior al domingo de las elecciones, los argentinos amanecieron con un aumento del 25 por ciento en los precios de los alimentos y 30 por ciento en los productos de limpieza en los comercios mayoristas. ¿Cómo pueden ser afectados los argentinos por las propuestas de la dolarización, la reducción del gasto público y del rol del Estado en la protección social?
MDA: El 22 de noviembre, Milei concedió dos entrevistas en las que dijo que hay un riesgo muy alto de hiperinflación y para que eso no suceda hay que hacer un ajuste rápido y profundo en el Estado.
Este ajuste significa parar más de 2000 obras públicas en el país. Dijo que vamos a proceder a la privatización de algunas empresas en las que el Estado tiene participación y también los medios públicos. Dijo que va a hacer recortes en el Estado, sobre todo en la casta, los cargos altos, que va a sacar toda la estructura de chofer y seguridad a nadie que no lo necesite explícitamente, etc. Pero además, dijo que si no le dan la posibilidad de hacer todo esto vamos a tener hiperinflación y la mayoría del país caerá en pobreza.
Lo que pienso es que aún si Milei pudiera hacer todo esto que se plantea, vamos hacia una crisis muy profunda. No hay manera que con las medidas que propone no entremos en una recesión muy grande, una recesión que, por ahora, no tiene prevista ninguna medida de contención, sobre todo para los sectores más pobres. Una recesión sólo aumentará la pobreza.
En todas las medidas que toma no menciona ni una sola que diga cómo va a contener el efecto en los trabajadores despedidos de las obras públicas, del Estado, en los precios que ya aumentaron. Ya hay un montón de gente que es más pobre hoy y mañana va a ser más pobre todavía. Y entonces llegó a la pregunta: ¿va a tener gobernabilidad para llevar adelante estas cuestiones? ¿Qué apoyo va a tener de las provincias, de las intendencias, en el congreso?
MFS: Respecto a la formación del Congreso, en la Cámara de Diputados, el partido de Massa, Unión por La Patria, tiene 109 representantes contra noventa y tres de Juntos por El Cambio, de Macri y Bullrich, y treinta y ocho de La Libertad Avanza, de Milei. Eso significa que los liberales son la mayoría en la cámara. En el Senado, Unión por La Patria tiene treinta y cuatro representantes, contra veinticuatro de Juntos por El Cambio y ocho de La Libertad Avanza. Los peronistas tienen una ajustada mayoría de representantes, sólo dos más que los liberales. ¿Qué podría significar esto?
MDA: Puesto así, los liberales son mayoría pero todavía no sabemos cómo se van a agrupar porque Juntos por El Cambio hoy está en crisis, la coalición tenía varios grupos y hoy solamente una porción de la Propuesta Republicana (PRO) apoyó a Milei. Entonces no sé si esto va a seguir siendo un bloque homogéneo. Y dentro del peronismo también, por ejemplo Florencio Randazzo, que fue ministro de Cristina Fernández de Kirchner en su momento, parece que va a jugar para Milei, es decir, este escenario que hoy vemos así pintado amarillo y celeste, yo esperaría ver como realmente se posiciona. Creo que va a depender de los primeros pasos del gobierno y como cada uno esté previendo el avance. Y obviamente el kirchnerismo más duro va a tener que oponer resistencia y defender las banderas históricas, no entregarlas tan fácilmente.
MFS: ¿Y las otras fuerzas políticas que puedan ofrecer resistencia?
MDA: Está también la calle. Por un lado hay que ver las cuestiones institucionales y por otro cómo va a reaccionar la gente. Mucha gente sólo lo votó porque no dio más con la inflación, con su situación de vida, su sobreocupación sin poder llegar a fin de mes. En el verano en Argentina va a hacer mucho calor y va a haber cortes de energía, van a cambiar los ánimos, vamos a tener más desempleo y pobreza. Hay que ver como las calles resisten a esto. Uno de los que sueña con unirse a su equipo, Benegas Lynch, dijo que se revocaría la ley de aborto por ejemplo. ¿Va Milei a disponerse a tener 500 mil mujeres en la calle peleando por el aborto? ¿Va Milei a disponerse a tener cortadas las calles donde están los medios públicos? ¿Avanzarán con el juicio contra Cristina? ¿Va a abrir muchas batallas? Quizás le conviene hacerlo, distraer, dispersarnos en las luchas de resistir a distintas cosas mientras se privatiza el YPF (empresa argentina de energía en la que Estado argentino posee la mayoría), por ejemplo.
También me queda una duda acerca de su equipo, de cómo se va a conformar. Macri quiere poner fichas propias, no tienen las mismas ideas. Entonces ¿Va Milei a continuar con los discursos de su campaña o va a moderarlos? Y la pregunta es, también, si va a poder implementarlos, porque decir “voy a frenar todas las obras públicas”, no es tan fácil de hacer esto, hay leyes que tienen que pasar por el Congreso.
Llevar adelante sus políticas puede generar una crisis sin precedentes. Los escenarios son malos en general. Entiendo que todo esto lo diga una economista que es contraria a la agenda de Milei y que además fue funcionaria del Estado suena mal. No es que yo quiera ser apocalíptica, pero tenemos experiencias históricas en nuestro país y en Latinoamérica demuestran que estos programas económicos no dan un resultado positivo y nos hacen retroceder en muchos planos, desde lo productivo a lo simbólico y cultural.
MFS: También quiero preguntarte sobre los partidos políticos y los movimientos sociales. El peronismo fue trágicamente derrotado en estas elecciones. ¿Qué significa la victoria de Milei en términos de lucha social y política partidista en Argentina? ¿Qué significa para el futuro del peronismo?
MDA: Sí, el peronismo vivió una derrota muy grande, pero también Juntos por El Cambio, entonces creo que la cuestión es más amplia que mirar solo al peronismo. Fracasaron los dos partidos en dar respuestas y fueran rechazados en las urnas, y creo que no se perdió por más diferencia porque realmente muchos sectores que en otro contexto votaban blanco, como la izquierda más tradicional, acompañaron a Massa, por el miedo del riesgo democratico que suponen a Milei y sobre todo Villarruel.5
Pero creo que dentro del peronismo ya existía ese problema de liderazgo, las urnas terminaron de mostrar que la crisis de liderazgo fue total. Cristina tampoco venía haciendo un gran rol, no lograba resolver las cosas con el Presidente, ni con otros sectores del Frente de Todos, aún cuando gran parte de su organización política ocupaba lugares importantísimos, como la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES), el Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (PAMI), YPF, el Ministerio del Interior, entre otros, todos lugares centrales en la toma de decisiones, y ella misma en el Senado. De todos modos, el intento de magnicidio contra Cristina Kirchner, que sucedió el año pasado, fue un momento que transformó toda la escena y terminó de opacar esa figura de conducción.
Creo que va a tener que pasar un poco de agua bajo el puente para ver cómo se configuran nuevos liderazgos y conducción política. Massa, de hecho, es un nombre joven con una carrera política muy larga e intensa, pero también lo es Axel Kicillof.6 Juan Grabois tuvo una batalla importante en las primarias de Unión por la Patria, expresando un sector que estaba disconforme con que Massa fuera candidato, y hay también que mirar las provincias donde se han consolidado líderes y gestiones interesantes. Creo que ahí se viene una época que a mí me interesa ver cómo la vamos a procesar y ojalá sea de una manera inteligente y creativa.
MFS: ¿Puedes hablar un poco más sobre la crisis interna del gobierno y la relación con el resultado electoral?
MDA: Para mí es un gran tema que este gobierno no tuvo épica, no tuvo una narrativa. Cuando decía que Milei pudo poner un horizonte, es porque al peronismo le faltó horizonte. Intentó sostener sus bastiones clásicos pero los vació de contenido. Cuando por ejemplo en la pandemia no se abrían las escuelas, era necesario darle una contención narrativa a esto, además de soporte. Había mucho sufrimiento de los chicos, de las madres y de las maestras, había que explicarles más y mejor por qué estamos haciendo esto. Perdimos en ese momento la bandera de la educación.
También hablamos mucho de democracia, y se cumplen cuarenta años de la democracia en Argentina en el 10 de diciembre, el día en que asume Milei junto a Villarruel, una dupla que niega nuestros 30 mil desaparecidos en la dictadura militar. Pero mirando hacia este lado, creo que la democracia en Argentina perdió la representatividad. Se convirtió en una democracia elitista en donde no hay mujeres, no hay sectores populares. En nuestro gobierno, las mujeres tuvimos los roles que conquistamos nosotras mismas, como la paridad para ingresar en las listas electivas, y así avanzar en el Congreso. Sin embargo, aún hay varias posiciones de poder, incluso en el gabinete ejecutivo y la corte suprema de justicia, en donde los varones dominan. Entonces no es una democracia en la que estemos todos. Hay muy pocos jóvenes en la política.
MFS: ¿Tiene Milei una base electoral sólida o su elección parece más bien una elección desesperada por una alternativa al gobierno actual o a la “política tradicional”?
MDA: Por supuesto dentro de los votantes de Milei hay personas que están radicalizadas en la derecha, que tienen odio al Estado, que están a favor de mayor control y represión, que incluso son negacionistas de la dictadura militar en Argentina, que están en contra de los derechos de las mujeres y de las minorías. Pero no creo que este grupo sea mayoritario entre los votantes de Milei, sino que lo veo más como una expresión de la necesidad de rechazar a la casta política y la fantasía de mejorar las condiciones de vida y querer un cambio.
Esta es la segunda elección a la que se presenta Milei y se duplicó casi su base votante. Además, pierden los dos partidos que gobernaron en los últimos ocho años. Milei tampoco tiene mucha representación territorial, en las provincias, pero tenía una estrategia muy fuerte de redes sociales. Los jóvenes votaron masivamente por Milei y lo conocen por Tik-Tok. De alguna manera es un hombre que no tiene estructura política, o al menos no tiene la estructura política clásica, la tradicional. Obviamente ahora tiene la oportunidad de armar una fuerza, hoy tiene la oportunidad de que esta fuerza encuentre un espacio para crecer pero eso va a depender de cómo va a poder gobernar, de cuanto va a poder gobernar.
MFS: ¿Cómo puede organizarse la izquierda a partir de ahora?
MDA: Va a haber una crisis muy difícil en Argentina en que el Estado va a terminar mucho más chico y la sociedad va a terminar con un tejido social más roto, entonces cómo nos reagrupamos va a depender también de lo que podamos proyectar. Si nuestro proyecto es remontarnos hace 20 años, no sé si a la gente le atrae el pasado. El gran desafío que enfrenta hoy el peronismo es si quiere volverse mejor, si quiere poder mirar hacia adelante y hacer una oferta que entienda el presente y construya el futuro. Eso no significa ser una tábula rasa, hay que aprender del pasado, sin negarlo, pero también hay que tener en mente que gran parte de los votantes de Milei son jóvenes, y a los jóvenes no les estamos respondiendo porque no los estamos escuchando siquiera. Hay que empezar a dialogar con ellos.
No creo que haya una derechización de la sociedad argentina, creo que si hay una derecha que se expresa en todo el mundo con gran fuerza, pero creo que este núcleo duro de los votantes de Milei son muchas cosas, no es solamente esta derecha. América Latina está llena de estas expresiones, hemos tenido un golpe de estado en Bolivia, pasaron Bolsonaro en Brasil, Kast en Chile, y Rodolfo Hernández en Colombia. Creo que hoy la derecha está logrando capitalizar la frustración de gobiernos que no han podido satisfacer necesidades y generar un camino hacia adelante durante mucho tiempo. Para mí no es solo derecha o izquierda porque si no, no se explica que estén ahora Petro, Lula y Boric, por ejemplo. También está la cuestión de la pandemia, que expulsó a la mayoría de los oficialismos, la necesidad de cambio, la búsqueda de un “outsider” que represente algo distinto.
MFS: El resultado aún es muy reciente, pero ¿qué cree que significa la victoria de Milei considerando la integración regional, y cómo sus declaraciones ofensivas hacia los líderes progresistas afectan las relaciones exteriores y comerciales de Argentina?
MDA: Con respecto al comercio internacional habrá que ver, porque una cosa es lo que dicen y después lo que hacen. Argentina tuvo relaciones diplomáticas buenas con Brasil, con el gobierno Bolsonaro, hay cosas que son de diplomacia que van más allá de un comentario efusivo. Ahora, sí creo que hay un realineamiento y que Milei tiene mucha más empatía por los Estados Unidos que por cualquier país que sea tildado de progresista, entonces vamos a tener que esperar para ver cómo serán estas relaciones, pero no es tan fácil romper relaciones comerciales con China o con Brasil, porque son socios comerciales importantísimos de Argentina.
Y con respecto a las luchas feministas, yo estoy preocupada. Algunos compañeros dentro del peronismo piensan que se perdió porque nos pasamos de progresistas, pero creo que hay un problema mucho más estructural que esto, y que incluso muchas de estas agendas son las que permean la juventud y son las que nos traen muchos votos y mucha militancia.
El feminismo ha sido fundamental para el peronismo con Alberto y Cristina. Alberto tuvo una campaña abiertamente feminista y el voto de las mujeres en la primera vuelta inclinó la lideranza de Sergio Massa. Pero tanto Milei cuanto su Vice, Villarruel, tienen un discurso muy antifeminista, muy misógino, están en contra el aborto legal, el matrimonio igualitario, y esto hace que también ocurran más manifestaciones de odio con respecto a estos temas. Creo que vamos a necesitar, nosotras, las feministas, mucho apoyo de las redes internacionales que hemos construido.
Argentina es el país de Ni Una Menos7, es el país de la marea verde, y esto hoy puede estar corriendo riesgo, vamos a estar muy expuestas, incluso en el día a día. Las instituciones y políticas que armamos de género se van a cerrar o vaciar, todo el trabajo que pudimos hacer este tiempo a nivel nacional retrocede, se cierra la dirección de economía e igualdad de género que yo ayude a crear. Se cierra el Ministerio de las Mujeres, se cierran las oficinas de género en todas las dependencias del Estado nacional.
Además, sabemos que las crisis económicas afectan más a las mujeres, por su precaria inserción en el mercado laboral. Por esto mismo, creo que el proyecto de futuro tiene que incluir a las mujeres, a la militancia por el cambio climático, a la juventud y a la economía popular. Todos los ejes hoy desplazados por una agenda de derecha que se instaló en el debate público y nos ganó espacios.
Las elecciones presidenciales de Argentina se componen de tres fases: las elecciones primarias, la primera vuelta y, si es necesario, la segunda vuelta. Las primarias determinan quiénes serán los candidatos en la primera vuelta, y los dos más votados en la primera vuelta—si ninguno obtiene más del 45 percent de los votos o más del 40 percent con una diferencia mayor de 10 puntos respecto del total de los votos—compiten en la segunda vuelta.
↩El peronismo es una corriente política histórica que surgió en la década de 1940 en Argentina con el gobierno de Juan Domingo Perón. Marcado por agendas como el sindicalismo, el antiimperialismo y la integración latinoamericana, el peronismo también gira en torno a la figura de Eva Perón, un bastión de la lucha feminista en el país. El kirchnerismo es una corriente vinculada al peronismo e inaugurada en torno a las figuras de Néstor Kirchner y su esposa, Cristina Kirchner, quienes gobernaron el país de 2003 a 2015, cuando Cristina fue derrotada por Mauricio Macri. Cristina regresó al poder en 2019 como vicepresidenta de Alberto Fernández. El kirchnerismo está marcado por la retoma de los ideales peronistas, la valorización del papel del Estado y la defensa de los derechos humanos. Ambas corrientes son objeto de críticas entre la izquierda y la derecha argentinas, pero cuentan con una sólida base política y militante, especialmente entre la clase trabajadora.
↩Un presupuesto de género consiste, en términos generales, en incorporar la temática de género en la elaboración de indicadores de impacto de las políticas públicas, desagregando datos entre hombres y mujeres, por ejemplo. Esto evita la reproducción de las desigualdades de género en políticas que tratan a ambos grupos por igual. Este tipo de presupuesto tiene en cuenta, entre otros factores, el trabajo reproductivo, que recae principalmente en las mujeres, para desarrollar políticas en áreas como trabajo, educación, infraestructura, salud, etc.
↩Actualmente, Mercedes D’Alessandro dirige la Carrera de Economía de la Universidad Metropolitana de la Educación y el Trabajo (UMET). Creó y dicta el Seminario de Doctorado Economía y género en la Universidad Nacional de Quilmes, y la materia de Economía feminista de la Universidad Nacional de Avellaneda.
↩Victoria Villarruel es la vicepresidenta electo junto a Javier Milei, una figura ultraconservadora cuyo discurso durante la campaña estuvo marcado por el negacionismo de la dictadura militar y por posiciones contrarias a derechos conquistados por la lucha política progresista, como el derecho al aborto.
↩Axel Kicillof fue Ministro de Economía durante el segundo mandato de Cristina Kirchner y gobernador de la provincia de Buenos Aires.
↩Ni Una Menos es un movimiento feminista surgido en Argentina en 2015 que se opone a la violencia contra la mujer.
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