21 de marzo de 2024

Análisis

Tesoro marítimo

ExxonMobil, Venezuela y la disputa por el petróleo de Guyana

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Desde el descubrimiento de algunas de las mayores reservas de petróleo del mundo en 2015, Guyana ha entrado en un periodo de reconfiguración económica y geoestratégica. Según la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA, por sus siglas en inglés), Guyana posee la sexta mayor reserva de petróleo de América y la decimonovena del mundo. Con un producto de alta calidad, costos de producción inferiores al promedio y un bajo consumo local, las reservas tienen un enorme potencial de exportación. Guyana se ha convertido rápidamente en el mayor productor de petróleo del mundo per cápita

Aún está por verse si Guyana puede aprovechar esta oportunidad histórica. El actual acuerdo firmado entre el gobierno guyanés y ExxonMobil favorece a la multinacional estadounidense, pues asigna sólo el 54 por ciento de los ingresos a Guyana y carga al gobierno con impuestos y costos de desarrollo. En julio de 2017, el Departamento de Asuntos Fiscales del FMI escribió en un informe restringido que el contrato era «demasiado generoso con el inversor» y contenía «una serie de lagunas»; además, señala que los «acuerdos actuales de producción compartida parecen tener regalías muy por debajo de lo que se observa a nivel internacional».

Para aprovechar su riqueza en recursos, el gobierno guyanés debe navegar por una compleja red de presiones internacionales y nacionales. El descubrimiento de petróleo ha avivado tensiones imperiales de larga data y creado otras nuevas. Las disputas territoriales con Venezuela y las rivalidades regionales entre Estados Unidos, China y Rusia han agravado la inestabilidad interna. A medida que aumenta la producción, Guyana se ha convertido de nuevo en un campo de batalla para las ambiciones geopolíticas1

Gran lucha de poderes

Guyana está situada cerca del océano Atlántico y el Gran Caribe, en las proximidades del canal de Panamá. Limita con Brasil, Venezuela y Surinam; estos dos últimos han sostenido permanentes disputas territoriales con el país. Antes del descubrimiento de petróleo, Guayana funcionaba como una economía agrícola menor, altamente dependiente de los ingresos por exportaciones de azúcar, arroz, oro, madera y bauxita. A pesar de su ubicación y reservas minerales, sigue siendo el segundo país más pobre de Suramérica, con un tercio de la población viviendo por debajo del umbral de pobreza.

Guyana está situada cerca del océano Atlántico y el Gran Caribe, en las proximidades del canal de Panamá. Limita con Brasil, Venezuela y Surinam; estos dos últimos han sostenido permanentes disputas territoriales con el país. Antes del descubrimiento de petróleo, Guayana funcionaba como una economía agrícola menor, altamente dependiente de los ingresos por exportaciones de azúcar, arroz, oro, madera y bauxita. A pesar de su ubicación y reservas minerales, sigue siendo el segundo país más pobre de Suramérica, con un tercio de la población viviendo por debajo del umbral de pobreza 2 

Los intereses estadounidenses en Guyana datan del siglo diecinueve, cuando pensadores geopolíticos como Alfred Mahan describieron el mar Caribe y el golfo de México como el «Mediterráneo americano». Mahan argumentaba que el control sobre la región, en particular mediante la construcción del canal de Panamá, otorgaría a la Armada estadounidense una fácil movilidad entre el Atlántico y el Pacífico —lo que le permitiría reunir rápidamente sus flotas sin dividirlas entre dos océanos—, ofreciendo una ruta comercial segura para las exportaciones y el bloqueo a la entrada de rivales militares y económicos. 

En el periodo de posguerra, esta perspectiva fue revivida por Nicholas Spykman, quien sostenía que Suramérica está separada del «Mediterráneo americano» por la selva amazónica y la cordillera de los Andes. En esta concepción del territorio americano se incluía una gran parte de México, cadenas de islas a lo largo de Centroamérica y países del norte de Suramérica como Venezuela y Colombia. Por su proximidad al punto de estrangulamiento bioceánico, Guyana estaba en el centro de este territorio. Hacía parte del interés imperial de Estados Unidos asegurar que el Estado continuara siendo totalmente dependiente a nivel económico y militar. No es casualidad, entonces, que, junto con Honduras, Aruba y Curazao, El Salvador, Colombia y Surinam, Guyana haya sido obligada durante mucho tiempo a actuar como base militar y defensora de los intereses regionales de Estados Unidos.3 El descubrimiento de petróleo no ha hecho más que exacerbar estas aspiraciones imperiales.

Estados Unidos no es la única potencia interesada en el futuro de Guyana. Guyana y Brasil comparten una frontera terrestre permeable de 1.605 kilómetros en la Amazonia. A finales del siglo diecinueve y principios del veinte, comandantes militares de Brasil como Mário Travassos y Carlos Meira Mattos veían a Guyana como una plataforma de acceso a los puertos del norte del continente, el Caribe y el Atlántico Sur. Guyana era considerada como el punto ideal desde el cual defenderse de las incursiones estadounidenses en Suramérica. Se aseguraba que los abundantes recursos estratégicos de la Amazonía atraerían la «codicia externa», por lo que era necesaria una estrecha integración entre los países amazónicos. En décadas más recientes, Brasil ha actuado con base en estos objetivos a través de la promoción de un polo de desarrollo transnacional entre Brasil, Guyana y Venezuela. Este objetivo también se ha amplificado por el descubrimiento de petróleo.

La relación altamente conflictiva de Venezuela con Guyana gira en torno a una disputa territorial sobre el Esequibo y las zonas marítimas que se remonta a 1841, cuando las potencias coloniales británicas invadieron este rico territorio. Aunque la disputa se resolvió nominalmente en 1899 mediante arbitraje internacional, nunca se zanjó por completo. Pensadores venezolanos como Rubén Castillo mostraron la pérdida territorial como un desastre para la seguridad y la economía de Venezuela. En la década de 1960, una nueva lectura venezolana del caso de 1899 condujo a entablar nuevas denuncias ante las Naciones Unidas (ONU) en 1963 y 1965, en las cuales se sostenía que el arbitraje anterior estaba sesgado por la manipulación británica de evidencia cartográfica y una composición desequilibrada del tribunal. El resultado, según los teóricos jurídicos venezolanos, fue un «compromiso obtenido por extorsión».

Después de una comisión de investigación en 1966, Guyana y Venezuela firmaron el Protocolo de Puerto España, que suspendía cualquier reclamación de soberanía sobre el territorio durante los siguientes doce años. Bajo el gobierno de Hugo Chávez, surgió un espíritu de cooperación e integración, que incluyó la condonación de las deudas de Guyana con Venezuela y, en los posteriores gobiernos, el intercambio de arroz y petróleo en el marco de los acuerdos de PetroCaribe, firmados en 2009. 4 

La intervención de Exxon

Dada la limitada capacidad estatal de Guyana, la extracción, el procesamiento o la regulación, la investigación y la explotación de los recursos petroleros se han llevado a cabo en gran medida por compañías extranjeras, principalmente estadounidenses. El interés de ExxonMobil por Guyana se remonta a mediados de la década de 1990, cuando, tras completar una serie de estudios geológicos, la compañía identificó las aguas profundas del país como una «zona de interés petrolero». En 1999, una filial firmó un acuerdo para perforar en una vasta concesión marítima. Durante años, la compañía no logró mucho, principalmente debido a la disputa por la frontera marítima entre Guyana y Surinam, que comenzó en 2000 y se resolvió en 2007, lo que allanó el camino para que Exxon reiniciara la explotación un año después. 

En mayo de 2015, Exxon anunció su primer gran descubrimiento en Guyana: el yacimiento Liza 1. Para 2020, Exxon había invertido cerca de 5.000 millones de dólares en la producción de petróleo guyanés. Hasta ahora, se han encontrado dieciocho pozos en el bloque Stabroek, situados a unos 200 kilómetros de la costa de la capital, Georgetown, en aguas de entre 1.500 y 1.900 metros de profundidad, con reservas que están a unos 3,6 kilómetros por debajo del lecho marino. 5 La mayoría de los pozos se encuentran en el territorio oriental de la costa guyanesa, fuera de la región de Esequibo. 

Hasta la fecha, Guyana no ha sido capaz de reunir los requerimientos tecnológicos o de mano de obra cualificada necesarios para desarrollar su industria energética; sin embargo, las aspiraciones de desarrollar capacidad estatal e incrementar la inversión han sido el motor de la política nacional de la última década. En 2018, el gobierno anunció su intención de formar una compañía petrolera nacional y aplicar una política de contenido local, creando centros logísticos e institutos científicos y tecnológicos especializados, además de formular una legislación fiscal apropiada. Raphael Trotman, el entonces ministro de recursos naturales, hizo explícitos esos planes, mientras el ministerio redactaba un borrador de políticas de contenido local. Pero no ha habido ningún progreso: la última vez que el gobierno mencionó la posibilidad de una compañía nacional petrolera fue en 2020. 6

Para enfrentar la gran falta de capacidad, en 2019 el gobierno guyanés obtuvo un préstamo de 20 millones de dólares del Banco Mundial, destinado al desarrollo de capacidades administrativas y reguladoras en el sector petrolero, que actualmente depende de trabajadores cualificados de países vecinos como Trinidad y Tobago, Venezuela, Brasil y Estados Unidos.7 Como era de esperarse, Exxon y otras grandes compañías petroleras privadas han podido explotar las etapas iniciales de la industria cooptando e influyendo en las políticas nacionales. Las divisiones étnicas y políticas existentes en el país han ofrecido un entorno ideal para este tipo de intervenciones externas. Desde que Guyana se independizó del Reino Unido en 1966, la población indoguyanesa —que constituye el 40 por ciento del país y está representada por el Partido Popular Progresista (PPP)— ha disputado el poder con la Asociación para la Unidad Nacional (APNU, por sus siglas en inglés), la cual representa a la población afroguyanesa —que constituye el 30 por ciento del país—.

En mayo de 2015, el partido de oposición APNU, liderado por David Granger, ganó las elecciones generales de Guyana, lo que puso fin al ciclo de veintitrés años de mandato del PPP. El gobierno de coalición del APNU obtuvo una frágil mayoría, liderando con un solo escaño. Solo nueve días después de las elecciones, ExxonMobil anunció el éxito de los descubrimientos de petróleo de Stabroek. Al año siguiente, el gobierno de Granger firmó un nuevo contrato con ExxonMobil, con el cual se revisaba y modificaba el acuerdo de 1999. A pesar de algunas ganancias adicionales para Guyana, el contrato favorecía abrumadoramente a la compañía petrolera. Muchos ciudadanos guyaneses se opusieron a la falta de transparencia en torno al contrato, y una cláusula que concedía una bonificación de 18 millones de dólares al gobierno tras la firma del contrato generó aún más sospechas. 

Cuando el contrato finalmente se hizo público, reveló enormes oportunidades perdidas. Open Oil, una empresa de análisis alemana, estimó que Guyana no captaría más del 54 por ciento de los recursos económicos del contrato. A modo de comparación, el acuerdo de Ghana para la extracción de petróleo marítimo le otorgó el 64 por ciento. Un análisis exhaustivo del contrato señala que, en términos de superficie, el contrato de arrendamiento de Guyana es más de 100 veces mayor que el de Estados Unidos en el golfo de México. El gobierno guyanés pagará impuestos en nombre del contratista y será responsable de reembolsar todos los costos de desarrollo para poder acceder a los ingresos de la inversión, estimados en 20.000 millones de dólares para 2024. Una cláusula contractual también prohíbe a Guyana renegociar, enmendar o modificar unilateralmente el acuerdo. El 45 por ciento de las participaciones en el bloque Stabroek está en manos de un consorcio compuesto por una empresa privada estadounidense llamada Hess Guyana Exploration y la empresa estatal China National Offshore Oil Corporation (CNOOC); además, el contrato exige que se indemnice al consorcio si cualquier acción gubernamental afecta los beneficios económicos acumulados.

La producción comercial en Stabroek comenzó a finales de 2019. En julio de 2020 Exxon ya producía 98.000 barriles de petróleo al día en Liza 1, con el objetivo de alcanzar los 120.000 barriles al mes siguiente y 750.000 barriles al día para 2025. De tener éxito, estas cifras convertirían a Guyana en el sexto mayor productor de petróleo en América.8 However, the Guyanese government recently estimated that the consortium produced and sold 31.8 million barrels in 2020 (87,000/day), its first full year of production, failing to meet the annual target of 100,000 barrels per day.9

Algunas estimaciones sugieren que la producción futura tiene el potencial de cuadruplicar el PIB actual del país, con entradas anuales de 15.000 millones de dólares, y los ingresos públicos podrían alcanzar los 5.000 millones a finales de la próxima década. Estimaciones más audaces sugieren que la extracción podría generar entre 7.000 y 27.000 millones de dólares en ingresos brutos al año durante los próximos treinta años.10 The excitement over the discovery was so great that Neil Chapman, a member of Exxon’s board of directors, called it “a fairy tale.”11 La expectativa por el descubrimiento fue tan grande que Neil Chapman, miembro del consejo de administración de Exxon, lo calificó de «cuento de hadas».Más tarde, en 2018, Rex Tillerson, el ex director general de Exxon y ex secretario de Estado de Estados Unidos, afirmó que los descubrimientos permitirían «convertir nuestro hemisferio en el centro indiscutible del suministro energético mundial».12 

Sin embargo, hasta ahora, estas expectativas han demostrado ser demasiado ambiciosas. La rentabilidad del 25 por ciento que Exxon dio a sus inversores en 2012 se redujo al 6,5 por ciento en 2019, mientras que su capitalización bursátil cayó de 527.000 millones de dólares en 2007 a 150.000 millones de dólares en la actualidad. Con el reciente anuncio de Exxon de que recortaría sus inversiones, el proyecto en Guyana se ha convertido en el activo estratégico clave para la compañía, mientras lucha por mantener la confianza de los inversores. 

El regreso del imperio

Por el momento, el hallazgo de petróleo también ha avivado disputas globales y regionales centenarias, como las tensiones entre Guyana y Venezuela. En 2007, Exxon despejó el camino para sus primeras incursiones en Guyana, justo cuando Hugo Chávez nacionalizó proyectos gestionados por British Petroleum, Exxon, Chevron, Conoco Philips y Total and Statoil, los cuales constituían el 25 por ciento de la producción de petróleo de Venezuela, con más de 17.000 millones de dólares en inversiones. Exxon entró prontamente en largas disputas legales contra el gobierno venezolano en torno a la explotación petrolera, pero fue derrotada en los tribunales y sufrió grandes pérdidas financieras.13 En octubre de 2013, un buque de la Armada venezolana interceptó una embarcación de exploración petrolera perteneciente a la compañía texana Anadarko Petroleum, la escoltó y arrestó a su tripulación, que incluía a cinco estadounidenses. La oposición a Estados Unidos y una mayor apropiación de los ingresos del petróleo habían sido pilares de las políticas de Chávez desde el intento de golpe militar respaldado por la CIA en 2002.

Tras el descubrimiento de Exxon en 2015, la Armada venezolana declaró una «zona de defensa integral» que abarcaba el área marítima en disputa con Guyana. El gobierno guyanés, respaldado por Colombia y Surinam, rechazó esta reclamación y prometió llevar el asunto ante la ONU, la Organización de Estados Americanos, la Comunidad del Caribe (CARICOM) y la Mancomunidad de Naciones.14 El caso se sometió de nuevo ante la Corte Internacional de Justicia, y con las ganancias de Exxon se les pagó a los abogados de Guyana. 

Las crecientes disputas territoriales con Venezuela empujaron aún más a Guyana hacia las manos de Estados Unidos, vinculando la defensa guyanesa con los intereses económicos de Exxon. Estados Unidos se ha aliado estrechamente con Guyana para defender su acceso estratégico a los recursos y preservar las relaciones con un gobierno amistoso que a la par es hostil a los intereses venezolanos. Entre mayo y agosto de 2019, el Comando Sur de las Fuerzas Armadas estadounidenses promovió el ejercicio militar anual Nuevos Horizontes en Guyana, proporcionando capacitación a sus tropas en ingeniería, construcción y atención médica, lo que involucró un aparato militar desproporcionado para el supuesto propósito de asistencia cívica humanitaria. Durante la ceremonia de clausura, el general Andrew Croft, comandante de la Fuerza Aérea del Sur, declaró que Guyana se encuentra en una ubicación estratégica al borde de Suramérica y el Caribe. 15 Algunos analistas han señalado que la presencia militar estadounidense en Guyana es una maniobra para cercar a Venezuela, lo que se suma a la presencia militar y las bases de Estados Unidos al occidente del país, en Colombia.

La Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos de 2017, así como la Estrategia de Estados Unidos para el Compromiso con el Caribe 2020, de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, determinan la política de compromiso para combatir el narcotráfico y la delincuencia transnacionales en el Caribe. 

La militarización estadounidense ha respondido a la creciente presencia económica y militar de poderes externos aliados al gobierno de Maduro, especialmente de China y Rusia. El modelo de «petróleo por préstamos» comprometió cerca de la mitad del los ingresos petroleros venezolanos con China y Rusia. Aunque China tiene una participación marginal en la explotación de petróleo en Guyana es, sin embargo, un actor crucial en la disputa de poder global y en Suramérica. En julio de 2018, el gobierno de Guyana firmó un memorando de entendimiento con China para sumarse a la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés), con varios proyectos destinados a transformar la ciudad guyanesa de Lethem en un importante centro de comercio. La petrolera estatal china CNOOC es la tercera mayor operadora del bloque Stabroek16Guyana podría considerarse otro potencial objetivo para la creciente necesidad de China de encontrar recursos naturales por fuera de sus fronteras. 

En medio de estos acontecimientos contrapuestos, el norte de Suramérica se ha transformado de nuevo en un frente de batalla para las grandes potencias: mientras Estados Unidos y la Unión Europea dominan en Guyana y Surinam, Venezuela acoge a China y Rusia. A medida que se intensifique la competencia por los recursos, el Gran Caribe seguirá siendo una región estratégica para el poder de Estados Unidos, una región en la que ese gobierno está dispuesto a emplear su vasta presencia militar en el mundo.

Este artículo fue traducido del inglés por Natalia Silva.

  1. Este ensayo está basado en el artículo Contexto Internacional: Padula, Raphael, Matheus de Freitas Cecílio, Igor Candido de Oliveira, and Caio Jorge Prado. “Guyana: Oil, Internal Disputes, the USA and Venezuela”. Contexto Internacional 45, no. 1 (January 2023): e20210031. https://doi.org/10.1590/S0102-8529.20234501e20210031.

  2. Gavin Hilson and Tim Laing, “Guyana Gold: A Unique Resource Curse?” The Journal of Development Studies 53, no.2 (2017): 229-248.

  3. Luiz Alberto Moniz Bandeira, Geopolítica e Política Exterior: Estados Unidos, Brasil e América do Sul (Brasília: Fundação Alexandre de Gusmão, 2009).

  4. Venezuela, Department of Public Information, I’m here to ratify the policy of brotherhood –President Maduro (2014) https://bit.ly/2m86PUX.

  5. ExxonMobil, 2019 Financial and Operating Data, https://corporate.exxonmobil.com/-/media/Global/Files/annual-report/2019-Financial-and-Operating-Data.pdf. 

  6. Guyana, Ministry of Natural Resources, “The Government of Guyana is proactively and responsibly preparing for oil production,” (2016) https://nre.gov.gy/2016/10/07/the-government-of-guyana-is-proactively-and-responsibly-preparing-for-oil-production/; Guyana, Ministry of Natural Resources. “Making the most of our oil and natural gas,” 2017. https://nre.gov.gy/wp-content/uploads/2016/11/Guyana-Draft-Local-Content-Policy-for-the-Petroleum-Sector.pdf (Accessed on June 9, 2020); Guyana, Department of Public Information, “‘Getting it right for 2020’—Minister Trotman says all measures in place for Oil and gas sector,” February 7, 2018, https://dpi.gov.gy/getting-it-right-for-2020-minister-trot-man-says-all-measures-in-place-for-oil-and-gas-sector/; Staff Reporter, “Guyana to establish national oil company soon,” Guyana Chronicle, (May 20, 2018). https://bit.ly/2l46KBr

  7. Staff Reporter, “Understanding Energy | World Bank Funding For Energy Industry Management,” Guyana Chronicle, (May 12, 2019). https://bit.ly/2kRVLey; Guyana, Department of Public Information, “Guyana to access US$1.7M advance from World Bank—to build oil and gas capacity,” https://dpi.gov.gy/guyana-to-access-us1-7m-advance-from-world-bank-to-build-oil-and-gas-capacity-part-of-preparations-for-first-oil-in-2020/; Guyana, Department of Public Information, “Guyana receives $7Billion loan from World Bank for support in finance sector,” (July 27, 2018) https://dpi.gov.gy/guyana-receives-7billion-loan-from-world-bank-for-support-in-finance-sector/.

  8. ExxonMobil, 2019 Financial and Operating Data.

  9. Tom Sanzillo, “Guyana’s Oil Deal: Promise of Quick Cash Will Leave Country Shortchanged,” Institute for Energy Economics and Financial Analysis, (2020) https://ieefa.org/wp-content/uploads/2020/10/Guyana-Oil-Deal_Promise-of-Quick-Cash-Will-Shortchange-Country_October-2020.pdf.

  10. Evan Ellis, “Guyana at Risk: Ethnic Politics, Oil, Venezuelan Opportunism and Why It Should Matter to Washington,” Center For Strategic & International Studies (2019).

  11. Kevin Crowley, “Exxon’s ‘Fairy Tale’ Discovery in Guyana May Be Just the Start,” Bloomberg (July 24, 2018) https://bloom.bg/2NKzacB.

  12. Edward Hunt, “U.S. Diplomats Boost ExxonMobil in Guyana,” The Progressive (March 14, 2019) https://bit.ly/2m0n8mK.

  13. BBC Brasil, “Chávez decreta nacionalização de petróleo do Orinoco,” (February 27, 2007). https://bbc.in/2kxBOt5 (Accessed on June 25, 2019); Daniel Arbucias, “Resource nationalism and asymmetric bargaining power: a study of government-MNC strife in Venezuela and Tanzania,” Cambridge Review of International Affairs 10 (2020):1–21.

  14. Guyana, Ministry of Natural Resources, “‘Guyana will jealously guard its resources’—Minister Trotman,” 2015 https://nre.gov.gy/2015/06/25/guyana-will-jealously-guard-its-resources-minister-trotman-in-response-to-venezuelas-new-claim/.

  15. Esta fue la tercera vez que Guyana participó en el ejercicio en los últimos veinte años: participó en 2004 y 2009, y su participación en 2019 fue la primera luego del descubrimiento de petróleo. Derek Seifert, “Exercise New Horizons 2019 concludes in Guyana”, 12th Air Force Public Affairs (26 de agosto de 2019). https://www.12af.acc.af.mil/News/Article-Display/Article/1943818/exercise-new-horizons-2019-concludes-in-guyana/; Departamento de Estado de Estados Unidos, Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, US relations with Guyana, 2021. https://www.state.gov/u-s-relations-with-guyana/.

  16. ExxonMobil, 2019 Financial and Operating Data.

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